Fallece Rosita Fornés, la vedette de Cuba
Rosita Fornés, la vedette de Cuba, acaba de fallecer víctima de un padecimiento crónico de su sistema respiratorio en la ciudad de Miami. La Fornés adolecía desde hace tres años un enfisema pulmonar que le provocó varios episodios de insuficiencia respiratoria, según publicaron en las redes sus familiares.
La querida artista ganó con su trabajo la admiración de miles de personas alrededor del mundo. La última vez que subió a escena fue en el espectáculo por los 60 años de carrera artística del Maestro Meme Solís, el pasado 2019. Ese fue el año en el que decidió no regresar a Cuba para permanecer hasta el final de sus días junto a su hija y su yerno.
¿Quién fue Rosita Fornés?
Rosita fue una multifacética artista que nació en febrero de 1923 en la ciudad de Nueva York, hija de padres españoles que radicaban en Cuba. Su verdadero nombre era Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia.
Con apenas dos años de edad regresó junto a su madre a La Habana. Al cumplir los diez se mudaron a España, y cuando comenzó la Guerra Civil en 1936 la familia volvió a Cuba.
Para 1938, la adolescente participó y ganó el programa de aficionados al canto “La Corte Suprema del Arte”, de la radioemisora cubana CMQ-Radio. A partir de ese momento adoptó el nombre artístico con el que todos la conocimos y comenzó una carrera en ascenso de poco más de ocho décadas.
¿Por qué es la vedette de Cuba, México y de América?
Calificar a una figura del espectáculo como vedette contempla en su definición más elemental que la misma se desdoble como bailarina, cantante y actriz. Sin embargo, la Fornés fue además modelo y animadora.
Radio, teatro lírico y cabaret fueron los primeros medios que fueron dando a conocer a la diva de Cuba. Pero fue su debut en la película cubana Una aventura peligrosa, dirigida por Ramón Peón, que la catapultó al mundo del cine en 1939. Su racha exitosa la mantuvo en las pantallas grandes protagonizando producciones mexicanas-cubanas en su mayoría, hasta 1960.
Las décadas del ’40 y el ’50 probablemente fueron las más intensas para Rosita Fornés como vedette. Durante esa época, además de realizar revistas musicales en Cuba, giró por escenarios de Estados Unidos, Argentina, Venezuela y México. En este último la nombraron por cuatro años consecutivos La Vedette de México, y finalmente fue declarada La Vedette de América (1951 y 1952).
Rosita nunca se detuvo. Cuando llegó la televisión se incorporó al medio, continuó en los cabarets y teatros más reconocidos de la Isla, América y Europa. Son muchísimas las intervenciones de esta gran artista en el cine cubano, en el período de 1984 a 2011. También grabó los álbumes “Canciones de Ayer y de Siempre” (EGREM, 2004) y “Rosa del Tiempo” (Ábdala, 2005).
Es imposible condensar en breves líneas la vida de una mujer que ostenta la más alta distinción cultural de Cuba, la Orden Félix Varela. Por encima de cualquier reconocimiento, Rosita Fornés para los cubanos seguirá siendo la única y gran vedette de Cuba.