La muerte de un ángel llamado Broselianda Hernández
La trágica noticia comenzó a circular en las redes sociales a la tarde de este 18 de noviembre: el cuerpo de la actriz cubana, Broselianda Hernández (56 años), fue encontrado sin vida en una playa de North Miami Beach. Hasta el momento no se ha aclarado la razón de esta fatalidad.
La trágica noticia comenzó a circular en la tarde de este 18 de noviembre: el cuerpo de la actriz cubana, Broselianda Hernández (56 años), fue encontrado sin vida en una playa de North Miami Beach. Cuesta creerlo. Cuesta, sobre todo, aceptar que una mujer con su vitalidad, su belleza y su inagotable talento nos abandone de esta extraña manera, con tanto por hacer aún.
La noticia
Un reporte oficial de la cadena Telemundo sostiene que el cuerpo fue encontrado en el agua por un hombre, en la zona costera que corresponde a la Calle 79 de North Miami Beach, cuando apenas amanecía.
De otro lado, su cuñado afirma que ella había salido en la noche del martes con el afán de comprar cigarrillos, mas no la vio regresar. No hay síntomas aparentes de violencia o algún indicio extraordinario en su humanidad. Eso vuelve más complejo el enigma de su muerte.
Broselianda era amante del mar; en él se hizo retratar frecuentemente, dispensando esa sonrisa inolvidable. De ahí que resulte paradójico que en el mismo haya venido a encontrar la muerte.
Se fue de noche y ya no regresó. La oscuridad se tragó la luz de su vida.
Una actriz total
Nos ha dejado una grande: actriz inigualable y mujer de fuste.
Broselianda Hernández dedicó su vida a la actuación, con una inestimable presencia en la escena teatral cubana que, sin dudas, ahora la echará mucho de menos. También se abrió paso en el cine y la televisión, lo cual nos deja ante una verdad rotunda: tras haberlo hecho todo, luego de haberse probado con actuaciones de culto en cada uno de los medios, jamás se la vio errar o palidecer en la piel de algún personaje. Broselianda, a través de los años, se volvió una apuesta a ciegas para cualquier director.
Brose… Sin otro alias
Muchos cubanos no saben quién es. No logran recordarla por su nombre de pila.
En la tarde de ayer el rumor encendía la calle, cada rincón donde había más de una persona. Se hablaba de muerte, de una actriz, de Miami, de una playa. Pero el nombre era lo de menos. En Cuba, si escoges ser actor, en realidad estás escogiendo ser un personaje.
Así, Broselianda Hernández es «la de Cuando el agua regresa a la tierra«; «la misma que trabajó en Las honradas«; o bien «la que hizo de madre de Martí en la película de este señor que dirige Clandestinos«.
No hay nombres, solo personajes.
Y como Brose no fue de hacer personajillos simples; en tanto no asentó su carrera en el fervor populista, pues figura bajo una identidad aún más imprecisa.
Un ángel salvador
En cualquier caso, no necesitó de un rostro y su fijeza para brillar como lo hizo. Broselianda es un ángel salvador que pasó por la vida con la misión más noble: desnudarnos la sensibilidad. Nos hizo llorar, reír, razonar, amar, odiar, tolerar… Nos hizo –a todos los que la vimos actuar en algún momento– más humanos. Su talento es el de un ángel piadoso.
Dicen que en estos últimos años la atentaba cierta amargura por la soledad. Ella, que en sí misma era un mundo, se sentía sola. Las vidas que esencialmente se consagran al arte, de plano se instalan en una deriva de la razón.
Infeliz coincidencia
Justamente hoy, que recordaba en la mañana el nacimiento de la artista cubana Ana Mendieta (1948-1985), esta fatídica noticia ha aparecido a secuestrarme el ánimo en la tarde. De la luz que supone el nacimiento de Ana –otra que tuvo una partida precoz, trágica e inesperada– a la oscuridad homicida que segó la vida de Brose. Así de fatal ha sido este día para la memoria de la cultura cubana.
Descansa en paz, Broselianda Hernández (1964-2020). Tu pareja te ha dejado rosas en la arena, para cuando la brisa te acerque a la orilla.
¿Cuánto más se llevará este 2020?