Negocios privados cubanos manufacturan medios de protección ante el coronavirus
Casas de moda y negocios de impresión/diseño transmutan en talleres donde la producción de nasobucos y caretas faciales en 3D no para.
VISTAR contactó con emprendedores cubanos que hoy satisfacen la demanda de estos medios de protección necesarios para enfrentar la crisis del coronavirus. Estas son sus historias.
Carenas
Cuando los primeros casos diagnosticados con Covid-19 fueron reportados por el estado cubano, los diseñadores de moda Manuel Olivera y Raisa Cortina -fundadores de la marca Carenas- no tuvieron reparos en redirigir sus recursos a la producción de nasobucos. Así, pusieron en pausa el lanzamiento de su primera colección del año, programada para el 28 de marzo en Fábrica de Arte Cubano.
Hasta la fecha, Carenas ha producido más de 200 máscaras de algodón. Estas han sido repartidas de forma gratuita entre los vecinos de la comunidad y al programa televisivo Hola Habana.
“Por encima de ser dueños de un negocio, somos seres humanos. Es nuestro deber ser útiles en estos momentos de crisis dando uso a las herramientas que nos brinda nuestra profesión para ayudar en la confección de un elemento tan importante para la protección individual y colectiva, como lo es el nasobuco”, contó Manuel a VISTAR.
Dador Havana
En paralelo, la casa de moda Dador Havana se suma a la tarea de confeccionar máscaras faciales de tres capas, con retazos de sus telas y otras donadas. Su dueña Lauren Fajardo comentó a VISTAR que han producido alrededor de 600. La mitad ha sido donada a través de proyectos comunitarios como Barrio Habana, Casa Insurgente y Ciclo Ecopapel, todos del gobierno local de la Habana Vieja.
“Los empezamos a confeccionar por encargo, lo cual nos permitía pagarle a las costureras y poder seguir donando a otras personas y centros más necesitados”, dijo Fajardo.
La falta de insumos constituye, desde antes de la pandemia, un reto a superar por los negocios privados en Cuba. Ante la crisis financiera global que se avizora, expertos afirman que este desafío será duplicado. “De momento, hay que trabajar con lo que tienes a mano y ser creativo para resolver. Tal vez la situación actual ayude a acelerar la nueva ley de empresa para el sector privado que facilitaría el acceso a los recursos”, opinó Lauren.
Barbara’s Power
Por su parte, Barbara’s Power, la primera marca de ropa y diseños afro en Cuba, abandona temporalmente la producción de sus prendas estampadas. Se suma también a la manufacturación de nasobucos que donan y comercializan por encargo, lo cual les permite cubrir el costo de producción.
Según contó a VISTAR Deyni Terry, dueña del emprendimiento, Barbara’s Power ha entregado alrededor de 800 máscaras faciales a trabajadores esenciales y vecinos de la comunidad. Muchas de ellas llevan el sello de la marca con motivos y estampados afro.
“Ante la carencia de insumos y el cierre de una de las pocas tiendas en la capital que comercializa telas, hemos tenido que sacrificar sábanas y comprar tejidos de algodón a elevados precios. Estamos abiertos a la idea de potenciar las ventas online como alternativa. El salto tecnológico es ahora una necesidad para aumentar la visibilidad y llegar a mayores puntos y clientes, pero consideramos que en Cuba falta cultura de comercio electrónico e infraestructura”, aseguró Terry.
Reinel y Dianko
En provincia, los diseñadores de moda también se han movilizado. Tal es el caso de la marca Reinel y Dianko, cuya producción de nasobucos en su atelier de Cienfuegos supera actualmente la cifra de 3100, todos para donación. En un inicio, la capacidad de producción de los diseñadores no superaba las 50 mascarillas diarias. Nunca imaginaron que un post en sus redes sociales buscando voluntarios para suplir la demanda, sumaría a gran parte de las costureras locales.
Según comentó a VISTAR uno de sus fundadores, Dianko Menéndez, la marca ha hecho llegar los medios de protección a grupos de riesgo, periodistas y otros trabajadores esenciales. De momento, se encuentran produciendo más de mil nasobucos que serán entregados a la Asociación Cubana de Limitados Físico – Motores (ACLIFIM).
El brote del coronavirus ha puesto en espera los planes de Reinel y Dianko de llevar sus prendas a otras zonas de la Isla. Ante la interrogante de si la compra por internet puede ser factible, ambos diseñadores afirman que el díficil acceso a este y la debilidad de la distribución de las prendas por una empresa de paquetería, son retos que frenan la actividad de las marcas cubanas de cara al mercado online dentro de la Isla.
Yadian Pérez
Sin embargo, no solo avezados diseñadores de moda desarrollan esta labor comunitaria. Negocios privados dirigidos al diseño y la impresión también ayudan a combatir la pandemia en la Isla. Tal es el caso del emprededor matancero Yadian Pérez, quien se ha vuelto casi que viral en las redes sociales.
Las máscaras realizadas en el pequeño taller de Yadian están dirgidas al grupo de epidemiólogos de atención directa a los pacientes y contactos del municipio de Cárdenas. Otras fueron donadas al Hospital Militar de Matanzas.
La careta de Pérez se compone de tres accesorios básicos: la parte frontal de plástico impresa con tecnología 3D, un elástico en la parte trasera para sostenerla, y el protector en la parte delantera, hecho con una lámina de acetato.
Imprime
Otros negocios de índole similar como Imprime, en la capital, también se encuentran manufacturando caretas en 3D que ofrecen mayor protección para los profesionales de la salud.
Aunque el futuro nunca fue más incierto, la mayoría de estos dueños de negocios parecen estar de acuerdo en que los retos económicos en el sector debido a la pandemia, actuarán como catalizador del cambio para salir más fuertes.