May Reguera: Cuando fotografío me siento poderosa
La primera vez que tuvo una cámara en sus manos era solo una niña. Sin embargo, nunca pensó en la fotografía como un medio de vida o una carrera profesional.
Ahora, en su pink house del Vedado, confiesa que su verdadera vocación es la actuación, pero que al experimentar lo difícil que era toparse con papeles que valieran la pena, encontró detrás del lente una segunda y muy válida oportunidad para poder expresarse. Así, lo que empezó como un hobby, fotografiando a sus amigas actrices en su pequeño estudio, se fue trasformando en un camino que, según contó, le salvó la vida.
May Reguera, de 27 años, ha conseguido fraguar con su look un sello de identidad que cualquier modelo envidiaría: cabello corto, poco maquillaje, pasión por las prendas vintages; una Tilda Swinton caribeña que ha sabido sacarle partido a su imagen discretamente andrógina (muchas veces rechazada por los directores cubanos de televisión) como parte esencial de su obra fotográfica.
“Supongo que sigo teniendo ganas de estar frente a la cámara porque no ha dejado de gustarme la actuación. De hecho, muchos de mis autorretratos se estimulan por experiencias que he tenido como actriz. En el mundo del espectáculo siempre me encasillan por mi físico, no me dan los papeles porque dicen que parezco extranjera cuando, en realidad, soy hasta guajira”.
Reguera creció en Cruces, un pequeño pueblo en la provincia de Cienfuegos, sin acceso a un profundo conocimiento de la alta costura y, aunque asegura que pocas veces tuvo en sus manos una revista de moda, hoy es una de las fotógrafas cubanas más populares en este campo.
Hasta la fecha, Reguera ha fotografiado a personalidades del arte y la cultura como Verónica Lyn, Mirtha Ibarra, Eslinda Núñez, Fernando Pérez, Luis Alberto García, Jorge Perrugorría, Yissy García, Alejandro Falcón, Gloria Torres, entre otros. También ha trabajado para las revistas Cubaplus, Caché Cubano y Garbos.
“Llegué modelando a la revista Garbos y, como habían visto mi trabajo anterior, me invitaron a colaborar como fotógrafa y me lancé. Garbos fue un medio que me dio espacio para realizarme profesionalmente y raíz de eso, empecé a estimular y compartir mis fotografías en las redes sociales”.
¿Cuánto han influido la actuación en tu carrera como fotógrafa?
¡Muchísimo! Mi fotografía se define por la necesidad de que la persona esté expresando algo y creo que esas son cosas que vienen de la actuación: hacer un estudio al personaje, entender cuáles son sus circunstancias, qué lo rodea, qué lo hace como ser humano. A la gente le cuesta trabajo abrirse, relajarse, mostrarse, entonces, es en ese viaje no forzado donde trato de llegar a la persona que voy a retratar.
¿Has enfrentado momentos difíciles a lo largo de tu carrera como fotógrafa?
Siempre va a haber gente que le guste tu trabajo y gente que no, pero creo que eso es normal. Siento que hay tantos buenos fotógrafos en el mundo haciendo cosas maravillosas, entonces, lo difícil pudiera ser que ya te llamen fotógrafa y que otros no te vean así, pero tampoco tengo un problema con eso. Me gusta lo que hago y lo seguiré haciendo porque cuando fotografío me siento poderosa.
¿Qué es la fotografía para May Reguera?
Un escenario donde puedo expresar lo que quiero, cómo me siento y cómo me gustaría que fueran las cosas en la vida real.
Para mí, cada sesión de fotos es como empezar de cero. Siempre van a haber cosas nuevas por descubrir. Creo que como artista si dejas de superarte no vas a crecer más y yo, quiero seguir creciendo.
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