La cubana que descubrió la fama a los 101 años
Nunca es tarde para alcanzar la fama. Quien lo dude, puede acercarse a la historia de la artista cubano-estadounidense Carmen Herrera. Esta mujer de 101 años comienza a saborear su gloria.
Aunque su carrera artística en el mundo de la pintura fue muy intensa desde sus comienzos, luego de decidirse por el universo de la abstracción en los años 50, no fue hasta el 2004 que logra vender su primer cuadro.
Desde ese momento, sus geometrizantes figuras y volúmenes comenzaron a ser acogidas en museos como el de Arte Moderno (MoMA), el Hirshhorn Museum, la Tate Modern o Whitney Museum of American Art en el que exhibirá próximamente una gran exposición individual, unido a un documental dedicado a su vida que se estrenará en un cine de Manhattan. Como si fuese poco la afamada galería Lisson de Londres, con sucursal en Chelsea, empezó a representarla hace ya una década.
“Ya era tiempo. ¡Ay por Dios! Esperaron demasiado”, confesó Herrera a la agencia AFP. Lo cierto es que sus piezas han alcanzado precios de cientos de miles de dólares, lo que le permite costear un asistente y personal para que la ayude en su trabajo artístico y en las labores domésticas.
Ahora Carmen, desde Nueva York, está feliz porque finalmente el mundo podrá apreciar su arte, y en especial su pintura; esa que quizá fue su receta perfecta para disfrutar de una larga vida.