Javier Gallestey & Laura Roque: una cuestión de seducción y estilo
En un set para dos donde cohabitan la conexión espiritual y la complicidad estética, los modelos se dejan atrapar por la elegante utopía de un verano
infinito. Javier Gallestey y Laura Roque comparten un espacio profesional y personal en el que el talento y los sueños fluyen sin muros de contención.
Cuando conversas con ellos te das cuenta de que el profesionalismo es una pieza más dentro del plató. Este binomio sentimental y artístico, imagen de reconocidas firmas extranjeras y diseñadores del patio, es uno de los más solicitados en la industria del modelaje cubano. En estas páginas, la pareja posa con prendas de las marcas Giorgio G., Be Zazzy y Gaya Novias que ilustran la exquisitez del glamour en pos de la modernidad.
Ella, graduada de música en la Universidad de las Artes (ISA). Él, ingeniero eléctrico. Llegaron al mundo del modelaje por distintos y demandantes caminos. “En mi caso -explica Laura- fue por pura casualidad. Tenía 18 años cuando acompañé a una amiga para el casting de un desfile en Fábrica de Arte. Pero resultó que me escogieron a mí”. Y así comenzó una meteórica trayectoria que ha ido solo en ascenso. El comienzo de Javier también estuvo dictado por la espontaneidad. Apenas había terminado el primer año de la universidad cuando caminando por la calle unas muchachas le propusieron matricularse en un curso de modelaje: “Entonces comencé a participar en algunas pasarelas y sesiones de fotos, siempre con la óptica de aprender. Pero cuando comencé en la agencia cubana Actuar, modelar se convirtió en un propósito más serio”.
Javier y Laura se conocieron en “el medio” y durante estos últimos siete años de carrera han trabajado para la mayoría de los diseñadores cubanos. Entre ellos, Jacqueline Fumero y Pavel y Guido. También son rostros recurrentes en las producciones de los realizadores Daniel Durán y Alejandro Pérez.
“Me gusta mucho la pasarela, pero la fotografía y los videoclips desatan mi adrenalina”.
Laura Roque
“Siempre me adentro en la historia que el fotógrafo quiere transmitir, pues solo así se pueden reflejar las emociones”, comenta Laura.
Ser pareja en el plano profesional y sentimental no siempre es pan comido; sin embargo, Laura y Javier han convertido este reto en una ventaja.
“Trabajar juntos es muy cómodo, cuando la química está establecida se facilita mucho el desempeño artístico”.
Javier Gallestey
“Tenemos la confianza suficiente para compartir alguna sugerencia en función del trabajo y esto brinda mucha comodidad”, explica Javier.
Y es que Laura y Javier disfrutan entregarse de lleno frente a la cámara. Con miradas cómplices se adaptan con puntería a los requerimientos del lente. Adoptan su papel con total naturalidad. Todos los disparos son buenos y la sesión no pasa, sino que fluye.
En materia de moda, ambos persiguen estilos diferentes. Javier se decanta por lo clásico: “Me siento cómodo en mangas largas y corbata”. Laura, en cambio, se proyecta más versátil y nos cuenta que prefiere los looks veraniegos y frescos, aunque en ocasiones le complace vestir con total elegancia.
Durante la sesión fotográfica, los diseños de la marca Be Zazzy, creada por la diseñadora cubana Annaby Pozo, se adaptan con total plasticidad a la figura de Laura. “Me gustan mucho sus prendas, son contemporáneas y coloridas”, ratifica la modelo mientras practica una sucesión de poses al compás de los flashazos.
Con una ética de trabajo impecable, esta pareja hace todo lo imposible por no restarle excelencia a los proyectos. “Siempre hemos sido muy cuidados a la hora de escoger los trabajos, pero te confieso que una vez me arrepentí de haberme teñido el cabello para una publicidad. Las fotos salieron súper bien, pero mi pelo en vez de rubio quedo rojo. Si hubiera estado en mis manos, jamás lo hubiera hecho”, comenta Javier entre risas.
“Imagen y estilo pueden ayudarte a avanzar en este medio, pero tu profesionalidad es lo que al fin y al cabo te abrirá todas las puertas”.
Javier Gallestey
Al preguntarles qué es lo más difícil en el mundo del modelaje, Javier explica que “imagen y estilo pueden ayudarte a avanzar en este medio, pero tu profesionalidad es lo que al fin y al cabo te abrirá todas las puertas. Debes ser fiel. Tener presente siempre que hay mucha gente buena que quiere ayudarte, pero también personas que desean todo lo contrario. Uno tiene que ser selectivo y aprender a diferenciar. Es necesario tener filtro”.
Para Javier, quien ya debutó en el cine con un papel en la película cubana El Mayor, la actuación se presenta como un sueño realizable: “Yo quiero transitar, sin abandonar mi trabajo, hacia este nuevo campo. Modelar tiene una vida útil, supone un límite. Pero la actuación me abre un camino infinito. Es un medio que me interesa y me ha cautivado mucho”.
En la industria de la moda, donde cada día cuenta, la fecha de caducidad se presenta como una espada de Damócles para quienes ejercen esta profesión. Laura, clarinetista de carrera y miembro de una orquesta, está convencida de que la auto superación es una meta personal: “Jamás estaré satisfecha. Quiero ser mejor. Nunca compararme”.