Daymé Arocena presentó su disco Cubafonía en concierto
Describir un concierto de Daymé Arocena es bien difícil. ¿Cómo traducir en palabras la música que sale, sin filtros, del corazón al público?
Descalza, de blanco y con un canto a Eleggua comenzó su espectáculo para presentar el disco Cubafonía. Como ella misma dice, abrió con “un canto a sus santos, a sus egguns y a todo lo que siempre la acompaña”.
Daymé Arocena es más que voz; es un entramado inmenso de cosas espectaculares que no puede contenerse cuando sube al escenario. Así la vimos este sábado en el teatro Mella de La Habana donde, a pesar del Festival de Cine, no cabía una persona más.
Lo que pasó allí fue espectacular. El talento desbordó, y no solo por ella, sino también por el equipo fenomenal de músicos que la acompañó.
Jorge Luis Lagarza en el piano, Ruly Herrera en el drums, Rafael Aldama en el bajo, Maykel González en trompeta, Emir Santa Cruz y Yuniet Lombida en el saxofón, William Roblejo en el violín, y Yaroldi Abreu en el bongó.
El escenario es como su casa, y por él Daymé transcurre como en el espacio más común. No le alcanzan los metros que rodean al micrófono; ella necesita llegar a cada rincón, hablar con sus músicos, sentarse junto a ellos y disfrutar mientras ellos hacen lo suyo.
El concierto fue especial de principio a fin. Para la ocasión lució el mismo vestido que en el video de “Don´t unplug my body”, el tema que conectó al público con su música.
También se tomó ciertas licencias. Solo en “la tierra” (Cuba) le puede poner gemidos, picardía, formas en extremo sensuales a lo que hace. El público la disfrutó en toda su espontaneidad: con su tartamudez, con sus ocurrencias, con su forma de bailar…
“Negra Caridad”, “Lo que fue”, “Ángel” y “Todo por amor” fueron algunas de las canciones que formaron parte de este concierto, que concluyó con el teatro en pie al ritmo de “La rumba me llamo yo”.