Los colores de Nana del Riego
Dentro de las cosas que más curiosidad me generan está el entusiasmo de alguien cínico. Ese entusiasmo raro me da confianza. Las coincidencias también me generan una extraña calma, como si el universo estuviese conspirando para que un encuentro se diera y resultara bien.
Con esa certeza fui a encontrarme con Nana del Riego: recién descubría que teníamos amigos en común, y había dado con ella por el interés de alguien cínico casi hasta la médula. Nana estaba sentada llena de colores en un sofá que parecía puesto ahí para que combinara con ella. La descubro dulce y dueña total de su estética. No ha dado con su sello como por casualidad. Ha ido creándolo durante nueve años, en los que intentaron censurarla, o hacerle creer que la fotografía que ella hacía era menos arte que cualquiera de los maestros que estudió en sus tiempos de Academia. Nana supo seguir definiéndose, y en esos años, mientras pasaba trabajo para dibujar (“soy una terrible dibujante”, me asegura), consumía y aprendía de la obra de Cindy Cherman, o las publicidades de Marc Jacobs, Alexander McQueen. Y así fue dándose cuenta que los límites entre el arte y la moda no existen, y a pesar de lo complejo que puede ser esa postura en una escuela de artes, Nana se impuso y dio con una obra que mezcla estos dos mundos y los hace uno.
¿Cuál es tu formación artística, y cómo ha influido en lo que haces hoy con tu arte?
Yo soy de la especialidad de pintura y
es parte importante de lo que hago. Pero es algo de lo que he intentado
liberarme, porque es un poco castrante el pensamiento de que el concepto prime por
encima de una imagen estética. Mis imágenes son muy pictóricas a pesar de ser
imágenes fotográficas. Yo me gradué de esa especialidad, sin embargo, no pinto
hace muchos años. En realidad no encontré en la pintura las herramientas
necesarias para satisfacer lo que yo quería expresar; y es que además dibujo
horrible, soy una dibujante horrorosa, y nunca pude lograr el nivel de realismo
que logro con la fotografía. Estudiar en una escuela de arte fue súper difícil;
la estética que yo tengo no es exactamente aceptada en el
mundo del arte.
Entre el ruido de las batidoras y de las otras personas hablando, Nana me dice por qué fue tan difícil su paso por el ISA: “Uno, porque el mundo del arte tiende a ser bastante exclusivo y no tolera mucho. el rejuego con la moda, con lo estético. La mayoría de las respuestas que me encontré fueron: “vete a estudiar otra cosa”, “estudia moda”, “esto no califica como arte”. En los años que estudié en el ISA me decían que evitara la fotografía en mis ejercicios de clases; y durante mucho tiempo me sentí perdida, porque era una parte de mí que no podía borrar”.
¿Por qué hacer del ser humano el centro de tu obra?
Para mí, es donde puedes explorar. Al final, el ser humano es el centro de todo y eso es lo que reflejo en mi obra. En la parte emocional, sentimental del ser humano es en lo que más me centro. Cuando trabajo con las modelos, trato de hacer algo diferente de lo que son como personas. Me interesa crear escenas complicadas, que trasciendan la poseo la simple estética, crear pequeñas producciones de situaciones raras, que saquen al sujeto de su zona de confort y generen cierto grado de incomodidad. A veces me ha tocado trabajar con personas super tímidas, y hacer sesiones muy eróticas y provocativas. Y a veces las personas descubren en ese momento facetas de ellos mismos que no conocían o que no se habían atrevido a explorar.
Y también me ha tocado trabajar con personas extremadamente coquetas y preocupadas con y por su estética, y las he puesto en situaciones en las que, por ejemplo a través del maquillaje, no he acentuado la belleza, sino que he convertido a las modelos en seres a veces amorfos, extraños, y a las personas les cuesta asimilarse a sí mismas. Pero a partir de ese trabajo intento explorar siempre el interior, las zonas ocultas de las personas.
En esta parte de la conversación sonaba Amy Winehouse como música de fondo, y no sé si habrá sido otra de las casualidades, pero aquella tarde parecía como escrita por Lena Dunham.
En tu obra priman las mujeres como personajes… ¿Por qué mujeres?
¿La verdad? No tiene nada que ver con feminismo, de hecho no me considero feminista, en el sentido de que no soporto los ismos; para mí causan mucha más separación. Pero es innegable que tengo un fetiche con la mujer. Yo disfruto trabajar con mujeres, me es complicado crear una escena con un hombre. El por qué quizás supera mi nivel de entendimiento sobre mí misma (se ríe).
En buena parte de tus imágenes, tú eres el centro, el sujeto. ¿Por qué te es cómodo? ¿Es una manera de autoexpresión, de búsqueda?
Yo lo veo como un proceso en el que me desdoblo, asumo otro rol. Sobre todo en mis comienzos me utilicé muchísimo, y te puedo decir que he aprendido mucho de trabajar conmigo, es como una especie de introspección. Yo lo veo también como un juego, que tiene mucho que ver con lo que hacemos cuando somos niños y nos disfrazamos, y que responde a una búsqueda identitaria que continúa.
¿Qué crees de la aparente línea que algunos creen ver entre el mundo del arte y el mundo de la moda?
Innegablemente yo mezclo, y creo que mezclaré para toda la vida esos dos mundos. A pesar de los trabajos que pasé, no me arrepiento de haber estudiado arte porque siento que enriqueció mucho mi mirada, y la manera que tengo de interpretar las cosas. El rechazo al mundo de la moda que existe en algunas escuelas de arte, pienso que viene de una visión muy retrógrada de lo que puede ser el arte. Se sigue teniendo una visión del arte muy ligado a un deber social y a un tener que hacer y tener que influir; y a partir de esa visión, la moda, al estar relacionada con elementos que pueden aludir al consumo, pues causa negación. Pero para mí, hoy, todas esas líneas se han borrado, no existe una frontera real entre la moda, el arte, el diseño. Hoy todo es arte. Tú ves publicidades, imágenes de revistas y qué te dice que eso no tan digno de ser llamado arte como lo que ves expuesto en un museo, o como la obra de Damien Hirst, o de Takashi Murakami, que puede llegar a ser incluso más superflua o más superficial que lo que está ligado con la moda.
Tú tienes un sello muy marcado que a veces puede resultar agresivo. ¿Cómo lidias con eso y el interés que puede tener un cliente cuando trabaja contigo?
Bueno me ha pasado que he trabajado con personas que me han contactado para trabajar conmigo, porque han visto mi obra y les interesa. Y cuando ven el resultado les parece demasiado, se quedan sorprendidos. Porque las personas tienden a buscar una representación más evidente de la belleza, y entonces algunas cosas les resultan extrañas: el tipo de maquillaje que uso, las poses en las que pongo a mis modelos, eso a veces atenta con el sentido más comercial y fácil de belleza. Pero ese es mi sello, ese es el tipo de imágenes que yo hago.
A mí, por ejemplo, no me interesa buscar la perfección, no me preocupa que aparezcan muecas en las poses, no me interesa que se vea a lo mejor una masita, me interesa la fuerza de la pose, la impronta. Y de alguna manera siempre trato de buscar eso. No busco perfección, porque en realidad creo que eso es de las cosas perjudiciales que puede tener el mundo de la moda. Siempre hay que trabajar la imagen por motivos estéticos, pero dejo matices de la realidad: si tienes una cicatriz, un lunar, si en una pose te salió un brazo, o la barriga de una manera, trato de mantenerme fiel a eso, sino se desdibujan los matices de lo que es ser una persona real.
No soy partidaria de mucho retoque digital, yo trato que lo que vaya a aparecer en la imagen esté; por ejemplo yo tengo en una foto en la que salen unas botas hechas con césped, y la gente me pregunta si son hechas digitalmente, y no, yo las hago, las coso; porque para mí es importante que los sujetos interactúen con las cosas de verdad, que las poses sean de verdad, que sientan las diferentes sensaciones que esos objetos puedan transmitir.
¿No piensas regresar al Dibujo?
Ni muerta (me dice riendo). Te digo, yo encontré mi absoluta libertad y felicidad en la fotografía, el dibujo me inspira y me ayuda, yo me pienso las imágenes de un modo muy pictórico, y conceptual. Es una herramienta que uso como artista, pero ya.
¿Cómo se pinta el futuro de Nana?
Bueno, me acabo de graduar, pero sé que quiero dedicarme de a lleno al mundo de la moda, ya sea desde la fotografía o la dirección de arte. Ahora estoy muy enfocada en la fotografía, que es el lugar donde he encontrado mi libertad, eso que tanto he buscado, y la estoy disfrutando al máximo. Y siento que Cuba es el lugar para hacer esto, porque me parece que aún faltan muchas visiones, muchos enfoques.