Omara Portuondo: la novia del Feeling cantó otra vez a La Habana
Omara Portuondo cantó otra vez a Cuba como una de sus hijas más queridas, esta vez desde la Plaza San Francisco de Asís en la Habana Vieja. La noche del sábado fue testigo de la actuación de esta cantante que ha dedicado casi toda su vida a la música y que ahora, con más de 80 años, aparece en escena como una artista madura con una manera única de interpretar la canción cubana.
Con motivo del aniversario 500 de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, Omara propone una serie de giras por los barrios. Como su último disco, firmado bajo el sello Egrem, ha decidido titular este periplo «Omara siempre».
Desde las 8:00 pm del sábado, en una gran pantalla y frente a un centenar de sillas blancas del público repartido en la Plaza, se proyectaron videos que recordaban parte de la obra de esta artista cubana y un recuento de su vida.
El concierto abrió alrededor de las 9:00 de la noche y al ritmo de la estremecedora voz de Yulaisy Miranda, ganadora de la segunda temporada de Sonando en Cuba y quien también acompañó desde los coros a Omara en el concierto. La joven intérprete le cantó a La Habana para luego dar paso a la estrella de esta velada, a la que presentó como “no solo la música en persona, sino La Habana en persona”.
En el frescor de la noche apareció Omara Portuondo con un vestido lleno de girasoles y un pañuelo amarillo en el pelo, y sentada en su silla de mimbre pareció ella también una flor. “Me alegra tanto estar aquí”, confesó, y agradeció una vez más a Eusebio Leal por permitir este concierto.
Cantó «Noche Cubana» y «Lágrimas negras» y el público la siguió en un gran coro, después de recibirla aplaudiendo y de pie. Omara, a pesar de su edad, no pudo resistir pararse de su silla y bailar; a ratos improvisó y cantó a capela a petición de la gente y se oyó alguien que le gritó desde la multitud “Omara eres lo máximo”.
Fue una noche para soñar al ritmo de la música cubana, con todo el sentimiento del feeling y de la mano de su reina. Entonó «20 años», «Adiós felicidad», «La guantanamera», «Tal vez» y, acompañada del laúd de Barbarito Torrez, «La rosa oriental».
También la velada tuvo un momento de homenaje a la vida y obra de la Diva del Buena Vista Social Club. Y entre otros momentos especiales, volvió a recordarse a Las de Aida, ese grupo del que ella también formó parte y que constituye uno de los mayores hitos de la música cubana de todos los tiempos.
Para cerrar “la novia del feeling, la novia de Cuba” entonó «Sábanas Blancas». “La Habana, quien no la ve no la ama” recordó una y otra vez la cantante. Y siguió regalando música y cantó además «Yo vengo a ofrecer mi corazón» y «Amigas».