Así fue la primera noche oficial del 34 Festival Internacional Jazz Plaza
Para los amantes del jazz en la Isla no hay mejor momento del año que cuando inicia el Festival Jazz Plaza, una cita donde comparten escenario las figuras del género más relevantes de Cuba junto a invitados extranjeros de renombre internacional.
Lo que se vive en tiempos de festival, no se experimenta en ninguna otra circunstancia. Teatros, centros nocturnos, auditorios al aire libre y otros espacios como la Fábrica de Arte Cubano o el Pabellón Cuba reciben cada enero a lo más representativo del jazz, pero también del blues, la timba, el funk y la música popular bailable, sonidos del mundo que, como en un experimento de alquimia, se acoplan en perfecta comunión.
El concierto titulado Afro Jazz y Timba Funk a cargo del maestro Bobby Carcassés y sus invitados dio inicio oficial a la trigésimo cuarta edición del festival en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional.
El piano de Bobby descerrajó un concierto solo interrumpido por los aplausos. Ataviado con su mejor traje de noche, llegó el compositor cubano listo para sacudir el escenario con su inmenso carisma. Pocos artistas pueden atreverse a abrir una presentación a capela, transformar la voz como un instrumento de viento, teatralizar y bromear con la audiencia. Pero lo cierto es que, incluso a sus 80 años, Carcassés ha demostrado que sigue acaparando el título del “showman de Cuba”.
En el primer segmento de la noche, acudieron al escenario también otros virtuosos del género como los norteamericanos Roger Glenn en la flauta y Dick Griffin en el trombón, así como el cubano-americano Yosvany Terry, quien acompañó a Carcassés en el saxo en el tema “No serás de mí”.
Carcassés solo soltaba el micrófono para subirse al piano, tomar el saxofón o unirse a los bailarines. Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando los músicos tocaron una versión de tema “Night in tunisia” un numerazo cargado en los arreglos sonoros, pero como dijo el mismo Bobby “después que las cosas suben, deben bajar” y así le siguió la canción “My funny Valentine”, un clásico que siempre es bien recibido.
Luego llegó “Caravana”, caracterizada por el mismo Carcassés “como un tema totalmente afrojazz donde sobresale el sonido de la tumbadora”.
Tras la pausa, los puertorriqueños Marc Quiñones y Bobby Allende junto a 8 y Más subieron al escenario con su salsa arrolladora, agradecidos de estar una vez más en Cuba. Al respecto expresaron: “lo único que nos une es la música y eso es lo que importa. Latinos es una sola casa”.
Por otra parte, en el Pabellón Cuba Cimafunk volvió a cerrar por capacidad. Parece que ya es una ley que donde se presente prenda fuego al escenario y desborde al público del espacio hasta las calles adyacentes. El concierto anunciado para las 6:00 p.m. empezó casi una hora después, pero desde mucho antes se hacía cola fuera del Pabellón, mientras adentro ya la gente ocupaba posiciones para no perderse el concierto.
Cantó las canciones de siempre, esas de su único disco y por el cual se ha vuelto un fenómeno nacional en poco más de un año. Además adelantó algunos temas del disco que viene en camino.
Desde “Se acabó el regala’o” hasta “Me voy”, un tema que Erick previsoramente declaró “el coro del momento” y no podía haber sido más exacto en su premonición. Más de una hora de baile y gozadera no fue suficiente, el público aun quería más, pero se fue satisfecho de “volver a ver a Cimafunk” o de “por fin poder entrar a algún concierto”.
Afuera, parqueadas en la calle 21, esperaban varias guaguas que habían traído a su público de todas partes. Mientras la multitud que trataba de salir del Pabellón repleto seguía tarareando a Cimafunk y ya preguntaba por su próximo concierto.
Este viaje sin frenos apenas comienza, todavía quedan cinco de días de música, experimentación sonora y colaboraciones junto a artistas extranjeros, solo esperamos que el resto de las presentaciones en esta edición del Festival Internacional Jazz Plaza satisfagan las expectativas de los melómanos más exigentes. VISTAR te traerá los detalles.