Fallece Juan Padrón, creador del dibujo animado cubano más popular de todos los tiempos
Juan Padrón, autor del dibujo animado cubano más popular de todos los tiempos, Elpidio Valdés, no venció la última carga al machete que le preparó la vida. Justo cuando cumple 50 años la primera publicación de las historietas del superhéroe cubano en el entonces semanario Pionero, marchó físicamente Juan Padrón, “el último mambí”, como lo nombran sus hijos, a causa de una enfermedad pulmonar.
El caricaturista, animador, ilustrador, historietista, guionista, humorista gráfico, historiador del arte y cubano con mayúsculas, se despidió a los 73 años de vida. Dueño de una obra arraigada como pocas en el imaginario popular, Padrón es el responsable de decenas de aventuras, cortos y largometrajes animados que hemos disfrutado los nacidos en esta Isla.
Juan Padrón y la animación cubana
La popularidad absoluta de su inmortal Elpidio Valdés junto al largometraje Vampiros en La Habana, constituyen clásicos de la animación cubana. Juan y su obra son un ejemplo de evolución conceptual y técnica. Transitó de la animación más básica hasta los gráficos generados por computadoras.
Con una carrera artística de más de cincuenta años, su labor goza de reconocimiento internacional. Fue conocido tanto por sus creaciones individuales como por las colaboraciones con otros colegas. Ejemplo fue el humorista gráfico argentino Quino (Joaquín Lavado), padre del famoso personaje Mafalda, junto a quien realizó la serie Quinoscopios.
Pero la genialidad de Padrón no reside solamente en la demarcación de un estilo de animación. La grandeza de su obra habita en su presencia en la cotidianidad del cubano, donde quiera que se encuentre. Allí donde el argot popular se apropia para siempre de los parlamentos de cada uno de los personajes de sus dibujos animados.
Muchas son las deudas para con Juan que la cultura cubana, la historia y la industria del entretenimiento podrían ayudar a saldar. Cuba debe cumplir el sueño de Padrón y enaltecer su memoria poniendo en las manos de todos los niños la réplica hecha juguete de Elpidio y el resto de los personajes tan queridos por los cubanos.