
8 de Marzo: ¿felicidades mujer?…o no

Durante mucho tiempo quizás se olvidó por qué se celebra el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, emparentándolo cada vez más con el Día de la Madre o cualquier otra celebración similar.
Pero este día, más que para celebrar, es para conmemorar, para recordar, para reivindicar a las mujeres… a ellas, que se reivindican solas.
Orígenes de una fecha

No fue un hecho en particular lo que marcó esta fecha como Día Internacional de la Mujer, sino una serie de eventos que a lo largo del tiempo estuvieron sucediendo.
Más de 100 años de movimientos feministas dan inicio a esta fecha de conmemoración. Años en los que se reclama la igualdad económica, laboral, política y social entre hombres y mujeres… y el reclamo continúa.
En marzo de 1857, las llamadas garment workers de una industria textil en Nueva York hicieron una huelga por salarios mejores y condiciones laborales más justas. En 1859 crearon su primer sindicato para exigir sus derechos, y en 1908, bajo el lema “Pan y Rosas” más de 15 000 mujeres salieron a las calles neoyorquinas para exigir aumento de los salarios, jornada laboral más justa, prohibir el trabajo infantil y tener derecho al voto.
En 1910 Clara Zetkin, en una Conferencia internacional en Copenhague, es quien propone la idea de establecer un día internacional para conmemorar la lucha de las féminas. En 1911 se celebra por primera vez este día y en 1975 la ONU fija el 8 de marzo para reconocer estas luchas.
Este año 2022

El 8 de marzo quizás puede ser un día para felicitar a la mujer, pero va mucho más allá de eso. De hecho, en los últimos años las féminas incluso prefieren no recibir esta felicitación, pues vuelve distante el verdadero sentido de este día.
El lema de Naciones Unidas para el Día Internacional de la Mujer en este 2022 es “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, empoderando a la mujer en otra de las luchas más urgentes que tiene el planeta contra el cambio climático.
Así que no felicitemos a las mujeres por ser mujeres, pues es un día para conmemorar una lucha que no ha terminado. No se trata de regalar rosas o escribir poemas, o hacer todo un homenaje a la mujer, “la reina de la casa”, “la dueña de mi corazón”, “ese ser dador de vida”, “criatura angelical, cual pincelada de artista”…
Creo que las cursilerías están de más si cada día hay más violencia de género y más discriminación, aunque a veces ni siquiera le llamemos como tal.

En lugar de una felicitación a la mujer este 8 de marzo, trátala con el respeto que se merece, entiende sus reclamos, ponte en su lugar de veras cuando es acosada en la calle por solamente llevar puesta determinada ropa o cuando tiene que llegar a la casa y hacer todas las tareas hogareñas porque “son cosas de mujeres”.
No la felicites, no si eso significa que ambos, hombre y mujer, nunca estarán al mismo nivel, sean iguales en derechos y responsabilidades.