Supermalo y sus buenas intenciones
“2+2=5?” Seguramente te has encontrado este planteamiento antimatemático disperso por la ciudad, entre muros descascarados, señales de tránsito torcidas y baños públicos. Me llama la atención su simpleza y su postura alejada de lo dogmático, desde donde cuestiona, provoca e incita a la reflexión. Hasta el viernes, desconocía el origen de esta interrogante.
Estaba un poco aburrido, y de pronto Facebook –siempre tan considerado– me recomendó este evento llamado “Fiesta Supermalo” a donde asistirán fulano y fulana. Era en la playa La Concha, en 3ra y 112, no me quedaba lejos y decidí ir. En el peor de los casos me tomo un par de cervezas mirando el mar y refresco un poco, pensé. Para llegar a la fiesta tuve que atravesar un parqueo que daba a un camino de tierra estrecho como una pasarela, a un lado tenía el mar y al otro las atracciones del parque Coney Island, me iba gustando el escenario.
Finalmente llegué. La entrada era gratis, había una barra improvisada con tragos y cerveza fría, y la música estaba buena, qué más podía pedir. Después pude ver que Xander Black estaba pinchando. El ambiente era interesante y underground. Skaters, grafiteros, surfistas y reparteros entusiastas deambulaban por la arena. El espacio era grande, distribuido entre los alrededores de un edificio abandonado a su suerte, víctima de las frecuentes embestidas del océano.
La concurrencia fue buena, especialmente para ser el primer evento de este tipo, todo el mundo parecía estar haciendo algo. Un piquete grande se encargaba de la creación de murales en las paredes de la edificación, liderado por el grafitero cubano Fabián López. Fabián es la cabeza pensante detrás de 2+2=5?, de esta irónica adición me comentó: “nada es perfecto en la vida”. En el mar se observaban algunos bañistas y a lo lejos una regata de windsurf también parte del evento, iniciativa de Luis Miguel Reyes, quien imparte clases de surf casi todos los días desde esta misma playa como parte del proyecto Havana Windsurf. Otros descansaban orgullosos con laguer en mano, alrededor de una pila de bolsas de basura, acababan de limpiar la costa.
La fiesta estuvo divertida, pero fiestas hay muchas. Lo que me llamó la atención del evento fue su enfoque comunitario, del que su principal patrocinador me comentó: “nuestro objetivo es rehabilitar Playa la Concha a través del arte, la música y el deporte, para el beneficio de la comunidad”. La iniciativa parte de Luis Miguel Reyes y Estudio Supermalo, un proyecto de Fabián, y al igual que los basura challenge que vimos recientemente, es un ejemplo necesario de concientización ecológica en nuestra ciudad. Gestos como este nunca sobran; yo simpatizo con la causa de Supermalo.