La sutileza del tímido glamour
La joven que aparece en la imagen, posando distendida y al natural en medio de una escenografía montada por la marca de decoración Conceptos, es parte de la nueva generación de modelos cubanas que conquista las pasarelas.
Se llama Daniela González Callejas, tiene 23 años y su presencia ya es habitué en las fashion weeks habaneras. En esta entrega, participa en una sesión de fotos donde las prendas de la diseñadora del patio, Arlette Contreras, y la inspiración interiorista de la línea Conceptos se fusionan.
Llega al shooting relajada y bronceada; como recién sacada de un catálogo de primavera-verano. Hay que verla para entender por qué es la nueva sensación de la temporada. Cascada ochentera de rizos a la altura de la clavícula, rostro anguloso y figura deportiva. En definitiva, totalmente auténtica. Y ese toque fuerte, que raras veces se visiona en modelos muy femeninas, la ha posicionado entre las primeras de la fila.
Introvertida y pueril, Daniela define su profesión como un ejercicio para desarrollar su personalidad. Pero lo que inició como una terapia contra la timidez terminó convirtiéndose en su verdadera vocación.
“Empecé en el modelaje a los catorce años por idea de mi mamá. Yo era una niña muy penosa, todavía lo soy de alguna forma, y ella pensó que esa era la mejor manera para soltar amarras. Al principio me sentía muy insegura, siempre estaba nerviosa, pero terminé enamorándome de mi trabajo. A los diecisiete tuve mi primera pasarela y un año después matriculé en la agencia ACTUAR”.
Poco a poco, un crecimiento personal y de autoconfianza le abrió las puertas al universo fashion. Entonces, entre la vorágine de sesiones de fotos, pasarelas, videos clip y comerciales, supo que su carrera no tenía límites. “Los videos clip me ponen nerviosa, pero en las pasarelas y la fotografía me muevo como pez en el agua”, asegura. Hasta la fecha, Daniela ha deslumbrado en los desfiles de los diseñadores Ismael de la Caridad, Salomé Morales, Catherine Dorticós, Sandra de Huelbes, Natalie Wildgoose (británica), entre otros. Confiesa que haber trabajado en un comercial para la marca alemana, Haribo, fue el mayor highlight de su carrera.
Aunque muchas modelos pierden la piel para subirse a la pasarela, ella describe su trabajo como “fácil”. Sorprendentemente, parece incombustible ante la profesión elitista y competitiva que ha elegido: “Para mí ser modelo no es difícil, quizás porque ya tengo este arte insertado en las venas, gracias a muchos años de práctica”.
En materia de moda, opta por un estilo versátil y una estética atemporal. Para el diario son un must en su armario jeans y camisas, mientras que para una salida nocturna prefiere los maxi vestidos estampados. “A veces tengo ganas de vestirme elegante y femenina, pero en otras ocasiones quiero mostrar mi lado fuerte”, dice mientras contempla con ademán distraído un reloj de arena de la marca de diseño Conceptos. Entonces, la fotógrafa aprovecha y capta el momento en que su cuerpo de maniquí se adapta como por arte de magia a los diseños de la cubana Arlette Contreras.
Entre shooting y desfile, Daniela mantiene enganchados a sus casi tres mil seguidores en Instagram. “Le doy mucha importancia a las redes sociales para buscar trabajo. Para una modelo su perfil es como su book”.
No le interesa la última rutina de ejercicio que está de moda en el mundo fitness, su entrenamiento es clásico pero efectivo. Rompe la mañana con una tanda de suiza que extiende hasta la media hora y después corre en la tarde. “Tengo que hacerlo, con esta disciplina mantengo el peso a raya porque no me limito a la hora de alimentarme. Como de todo”.
Mientras sigue ganando protagonismo en las pasarelas, Daniela sueña con darle la vuelta mundo y lanzarse como diseñadora. Por ahora, cuenta que es una de las mejores en su clase de costura