La Habana llega a su 501 Aniversario
Cinco siglos más un año celebra hoy La Habana. Ciudad joven, si se quiere. Ciudad generosa y dramática que, a pesar de su edad, ha vivido demasiado: se echa a ver en su cuerpo híbrido, tatuado, pleno en cicatrices de una rara sensualidad.
La Habana son todos esos poemas, canciones, fotografías y películas que han buscado descifrarla. También es toda esa gente que la habita en el amor, el rencor, el destierro y la promesa. Es, desde luego, el verbo sacro y luminoso de sus recordados predicadores: Emilio Roig y Eusebio Leal. Y a la vez se trata de un misterio que perdura a través de las épocas, que se resiste a la tentación de una imagen definitiva.
La Habana: Muchos rostros y una historia
Está esa Habana escrita por Lezama Lima, Eliseo Diego y Alejo Carpentier: ciudadela barroca, elegante, perpetuada en el hechizo. Existe, en paralelo, esa otra que transita confundido el Sergio de Gutiérrez Alea; una que se desnuda ante la crisis, retratada por Fernando Pérez, Carlos Varela y Gerardo Alfonso; otra que revive constantemente sus mitos, sus “Dioses rotos”; La Habana del emigrante que, como Ernest Hemingway, se queda fascinado; la idílica Habana del Buenavista Social Club y Los Van Van.
Todas las calles, todos los sitios, toda la gente, narrando una misma historia: la de una ciudad donde se mezcla lo eterno y lo perecedero; la belleza y la locura; las vibraciones del mundo, tan ajeno y cercano. Así es La Habana que ahora suma otro año.
500, 501…
Su más reciente festejo pareciera inolvidable: los fuegos artificiales invadiendo la noche despejada, la muralla resaltada por la luz, el Capitolio renacido e imponente, el pueblo desbordado en las calles celebrando la vida. No hay tristeza donde sobran bendiciones.
“Habana, Habana, si bastara una canción…”
Carlos Varela, «Habáname»
No una, un cancionero no basta. Porque vivirte, sentirte, respirarte, escapa al noble intento de la poesía. Porque te diviertes en huir y regresar. Porque no te complace esa vida “normal” que llevan otras ciudades. Eres demasiado joven y como tal te comportas. Tus grietas son un engaño, el ropaje que disimula toda la inmadurez que hay en ti.
“Si mis ojos te abandonaran, si la vida me desterrara a un rincón de la tierra…”
Gerardo Alfonso, «Sábanas blancas»
Moriría de nostalgia como casi todos. Final contigo mi Habana.
“Hoy mi Habana viste lo mejor y más coqueta que una flor (…) ella se ha sentado en el balcón abanicando la ilusión…”
Xiomara Laugart, «Hoy mi Habana»
Has pasado por mucho. Te vi encerrarte, tus calles pálidas, tu vitalidad apagada. Sentí ese ánimo inesperado mas no te vi temer. Vas llena siempre de ese optimismo que te permite burlar cualquier adversidad.
Ahora siento que revives, ilusionada. Vas recuperando de a poco tus costumbres, tu bullicio, el desatino que te mueve. Ya te echábamos de menos.
Este 2020 no ha sido amable con nadie, como se dice en buen cubano: “ha estado Osogbo”. Pero ya va pasando a la historia. Queremos pensar que a partir de este día se abre una nueva época para todos. Así nos lo susurra el aire de la bahía.
Habana querida, ¡Feliz Aniversario 501!