Ibeyi: Música desde lo profundo (Entrevista)
“Escuchen a los viejos”, les dijo cuando pequeñas su padre, el percusionista cubano Angá Díaz, y el consejo ha acompañado a las Ibeyi durante todo el camino. La sabiduría del bueno de Angá, les ha abierto, hasta el momento, todas las puertas posibles.
Tanto que Naomi y Lisa-Kaindé, las dos mitades de Ibeyi, con solo 23 años forman uno de los grupos más aplaudidos de la escena contemporánea internacional. Prince, Beyoncé y Adele son solo algunos de los artistas que han hecho públicos sus elogios hacia este dúo franco-cubano. Y ya se sabe lo que eso significa.
“Para nosotros ha sido muy importante que estas artistas se hayan referido a nuestra música públicamente. Crecimos oyéndolas y sus mensajes de apoyo nos han ayudado muchísimo. No todos los artistas publican una nota en las redes para mostrar su aprobación por otros músicos. Y ellas lo hicieron con nosotros”, dice Lisa.
Naomi y Lisa-Kaindé nacieron en Francia y a los tres primeros meses de vida llegaron a Cuba, donde estuvieron tres años antes de regresar a París. Desde temprano las mellizas descubrieron que estaban destinadas a la música, especialmente al mundo de la cultura yoruba.
“Desde que fuimos coronadas en el vientre de nuestra madre, los cantos yorubas han formado parte de nuestras vidas, de nuestra identidad. Por eso cuando empezamos a hacer música salieron de una manera totalmente natural”, dice Lisa acompañada de su hermana Naomi.
Vestidas de riguroso negro, ambas hermanas conversan con VISTAR en la nueva sede de los Estudios 50, cercana a la Avenida de Carlos III. Regresaron a La Habana para tomarse un breve receso luego de un año en el que la crítica volvió a colocar los reflectores sobre las mellizas, debido al empuje de su segundo álbum, Ash.
Las mellizas debutaron con Ibeyi, un disco que las llevó a girar por los escenarios de medio mundo y a situarse como una de las relevaciones de la música elaborada en principio con conceptos “indies”.
En el álbum se unieron los cantos yorubas con afluentes de la electrónica y el soul, en una sonoridad bastante natural. El disco comenzó a convertir a Ibeyi en Ibeyi, y fue considerado en varias listas entre los primeros discos del 2015. Casi nada.
Cuando vieron que el álbum comenzó a robar las miradas y la atención del público y la crítica, a las mellizas el temor se les metió dentro del cuerpo. Al menos en principio.
“Cuando salió el disco teníamos miedo porque empezamos a percatarnos del relieve que tenían los cantos yorubas”, asegura Lisa.
Las Ibeyi vivieron la primera prueba de fe con su música de raíces africanas en un concierto en París. “En la primera presentación que dimos vimos a dos babalawos de Cuba que nos dijeron que habían venido a ver si éramos respetuosos con la música yoruba. Y luego nos agradecieron con mucha efusividad. Eso nos dio fuerzas para seguir adelante”, recuerda Naomi.
Ya con una carrera establecida en los escenarios internacionales, tocaron por primera vez en Cuba en marzo del 2016 durante el festival Musicabana. Luego, ese mismo mes, le pusieron música al desfile de Channel en el Paseo del Prado.
“Siendo franco-cubanas, creo que éramos las más indicadas para abrir el desfile. Nos sentimos muy a gusto participando en ese evento en Cuba. También era otra manera de representar nuestras raíces”, explica Naomi.
Lisa es una especie de mar en calma; Naomi, en cambio, habla como si estuviera en el ojo de un huracán. La fusión entre sus personalidades, concuerdan, es la que permite la permanencia de Ibeyi. “En la creación musical siempre hemos tenido discusiones muy interesantes. Mi personalidad es más alocada que la de mi hermana. Nunca existiría Ibeyi si no trabajáramos las dos juntas. Yo soy todo ritmo y Lisa la melodía. Nos completamos”, sonríe Naomi.
“Creo que nos reconocen más en Cuba que en Nueva York o París. Nuestra música es una mezcla y eso le gusta al público cubano. No hay tantos grupos que lo hagan, especialmente con las raíces afrocubanas. Por eso en Cuba nos sentimos plenas”, afirma Naomi.