VISTAR Magazine No. 58. Fuerza Habana
Carta del director.
He tratado de imaginar este tornado 5 años atrás. Aquí les comparto mi modesta opinión.
Era domingo 27 de enero en Estudio 50, una antigua fábrica de espejos a la cual hemos convertido en un estudio de producción audiovisual. La imagen es nuestra especialidad, por decirlo de alguna manera.
8:30 de la noche, un aguacero sin igual, apagón en toda la ciudad, un videoclip a medio hacer y sin datos en el celular. Comenzamos a escuchar sirenas de ambulancias y bomberos. Lo que sucedía, aun sin saberlo, no parecía normal. Sin embargo, intentábamos solucionar el problema de la electricidad para continuar la filmación.
1:00 am vuelve la conectividad a los móviles y no podíamos creer lo que veíamos: un tornado azotó la ciudad y destruyó todo a su paso. Si no lo veo, no lo creo. Son las imágenes que podrán ver en esta edición.
Hago esta introducción porque hay algo que llama mi atención. Si esto hubiese ocurrido hace 5 años, simplemente habríamos vuelto a la filmación tras regresar la electricidad, hasta el otro día no veríamos la información en el noticiero. Esta vez, el internet nos dio la posibilidad de reaccionar al momento.
Esa misma noche supimos los municipios más afectados, calculamos la trayectoria del tornado y al instante comenzó la ola de ayudas y campañas espontáneas en redes sociales.
Lunes en la mañana, en menos de 24 horas, la capital se había movilizado para apoyar a las más de cinco mil personas que se quedaron sin techo esa noche.
No fue idea de nadie hacer publicidad de aquel fenómeno. Pero, con toda intención, se trató de crear conciencia en las redes acerca del problema. La pérdida de vidas humanas es lo peor que puede pasar y gracias a la internet el mundo tomó conciencia de inmediato.
Nadie quiso que esto pasara, aplaudo que muchos artistas ayuden y publiquen las fotos en sus redes oficiales para sensibilizar a sus miles de seguidores en todo el mundo sobre el estado en que se encontraba La Habana. Entonces surgieron muchas iniciativas, como el crowdfunding en Facebook que rápidamente alcanzó los veinte mil dólares y sigue subiendo, para ayudar a las familias necesitadas. Además, un montón de personas echaron en una bolsa lo primero que encontraron.
Es injusto que hoy se les acuse de querer hacer publicidad. La verdad, lo importante es que eso ha ayudado mucho. El sector privado respondió enseguida. Esos bares que facturan miles de dólares mensuales se lanzaron sin pensarlo y de persona a persona se regó la bola y entregaron la ayuda personalmente.
No está mal que las autoridades quieran mantener las cosas bajo control. Por favor, estamos en Cuba. En mi opinión hay medios independientes que han encontrado en la crítica sin solución, su manera de ayudar. ¿Cuándo habías visto un pan con jamón a 1 peso cubano?
La mejor forma de decir, es hacer, pero si lo haces y lo dices entonces otros también lo querrán hacer y eso es lo que está pasando. Publiquen cada ayuda, sigamos en las páginas alternativas para conectarnos y poder estar organizados.
Gracias a todos esos lugares que se brindaron a recibir las donaciones desinteresadamente. Fue muy inteligente haberlo hecho público en internet porque por esa vía se enteraron muchas personas.
Yo hice mi aporte, compartí mucha información y envié una maleta llena de cosas. No lo compartí en internet, pues había otras prioridades. Pero después me arrepentí y es, de seguro, lo que les ha pasado a muchos. No se trata de publicidad, sino de conciencia.
Robin Pedraja