
El arte de transformarse: Adriana, Margot e Isabela
Dos generaciones de artistas: Margot con su fuerza emprendedora, su carisma y su Historia (con H mayúscula) por un lado y por el otro, Adriana e Isabela con una envidiable juventud y ganas de hacer. Las tres son muy diferentes, se desdoblan de maneras distintas en sus personajes, pero todas son grandes en lo que hacen. Todas necesitan a sus personajes para estar completos, para poder expresarse.

Cuando Riuber Alarcón creó a Margot era ilegal, muchos transformistas estuvieron presos en esa época, solo por “vestirse de mujer”. Actuaba en fiestas: El Periquitón, La fiesta de William, Manila, La casa de Rogelio Conde; antes de que surgiera el proyecto Bravísimo.
Margot: Hubo un tiempo en el que vestirse de mujer fue perseguido por la ley, después ya no, pero entonces fueron perseguidas las fiestas como negocio ilícito. Siempre había un pretexto para que el transformismo no existiera.
Ya no es así, por suerte. El transformismo tiene cada vez más espacios: el famoso e iniciático cabaret Las Vegas, los miércoles en el Pazillo, La Esencia, Mixto… Pero el punto de giro fueron las galas en las que empezó a visibilizarse y legitimarse esta forma de arte ante un público más amplio y heterogéneo. Gracias a esos cambios artistas como Adriana e Isabela no tienen que actuar con el miedo del rechazo.
Margot: Hay que agradecerle a Cenesex, a Mariela Castro, a Manuel Vásquez, Malu Cano que es la coordinadora de la Red Transcuba, a la doctora Maira Rodríguez, Ada Alfonso, que fueron personas que crearon un movimiento. Que le falta aún, ¿qué le falta? Menos homofobia y menos transfobia. Más visibilidad de transformistas en la televisión. No puede ser que cada vez que salga un transformista salga como un personaje negativo.
Dueñas de un glamour exagerado de alfombras rojas, brillos y tonos superlativos, estas tres transformistas saben qué esperan los seguidores y eso saben dar. Cuentan cómo el arte del transformismo trae interés y color a la escena, a una que, salvo algunas excepciones, carece de etiqueta y presencia. Ellas aportan el color y la opulencia que necesita el arte cubano también.
Margot: Lo importante es saber que somos transformistas porque lo elegimos.

Hay gente con luz, gente que abre caminos e inspira, Margot es sin dudas de esas personas. Estaba sentada justo debajo del bombillo, quizás por casualidad, quizás porque como conocedora de la escena, sabe, intuitivamente, dónde y cómo ponerse.
Con un mono de flores y lentejuelas, una chaqueta de mangas enormes que llegaban a parecer alas, estaba Margot esperando, ya lista, ya impecable para la entrevista.
Riuber Alarcón Estevez es la persona detrás de Margot. Nos cuenta con ese hablar, pausado pero fuerte, que es peluquero, estilista y maquillista especialista en época del ICRT, pero que no lo ejerce; y que primero estudió un técnico medio en metalurgia que nuca ejerció. Riuber hace 25 años que creó a Margot, la dueña de la palabra; doña Margot Parapar fue el nombre inicial de esa artista que lleva con él ya un cuarto de siglo, y para la que tiene una habitación en su casa, donde guarda la ropa, las pelucas, donde deja de ser Riuber y nace Margot.
“En mis dos primeros años de carrera yo imitaba a la Margot de Doimeadiós, pero ya después me hice un personaje propio con el que llevo ya trabajando 25 años, en todas las fiestas, todos los shows, todas las galas”.
Margot disfruta sobre todo conducir, “hablo mucho”, dice. “Para llegar lejos en esta carrera, lo más importante es tener una identidad, que la gente te distinga por algo, y te persiga por algo. Y yo creo que Margot ha logrado eso”.
¿Qué hay detrás del transformismo?
Lo importante es saber que somos transformistas porque lo elegimos. Yo paso el mismo trabajo que pasa un constructor para conseguir los materiales, y que pasa una costurera para conseguir el hilo, la aguja. Y a veces el público lo ve como un arte fácil porque ve el resultado ya hecho. Es muy difícil, pero lo hacemos parecer fácil. Por ejemplo, esto lleva en algunos casos rellenos que son esponjas, que pesan, y cuando sudas se adhiere el sudor y pesan más; lleva 6 pares de medias pantis que te acaban con los pies, y te aprietan; lleva precinta para poder darle la forma a la cintura y a la cadera para que no se marque; lleva arreglarse los genitales para que no se note, y molesta, lo que implica a aprender a sentarse; lleva calor; lleva prótesis; lleva uñas; lleva pegamento; lleva una peluca; lleva capas de maquillaje; lleva prendas que pesan; lleva un estilo, y lo que la gente ve es que supuestamente el transformista se viste de mujer y dobla cuando en realidad nos transformamos en Divas. No es solo lo físico, es aprender a caminar, a dialogar, y moverte como una mujer, y que la gente se lo crea.
¿Cómo se comporta tu familia con el hecho de que Riuber se transforme en Margot por las noches?
Yo crio una niña de 5 años, es la hija de mi hermano, pero la crio yo. La niña cuando tenía un año y medio me preguntó que por qué yo me vestía de mujer y le dije “porque me gusta”; eso volvió a pasar cuando tenía 2 años; y la tercera vez ella tenía 4 años y medios, me preguntó lo mismo, le dije: es la tercera vez que te digo; ¿qué hace tu papá?, dulces, porque le gusta ¿verdad?, ah, pues yo me visto de mujer porque me gusta, es mi trabajo. Ella vive conmigo y sabe, con la edad que tiene, que ese es mi trabajo; participa de todo el proceso cuando me estoy maquilando y vistiendo. Y no tiene ningún tipo de problemas con eso. Y mi mamá vive orgullosa de mí, el problema de mi mamá es que piensa que soy la mejor de todas las transformistas.
Adriana Brown: Tengo una vida muy tranquila, vivo con mi pareja y mi único momento de fiesta es cuando trabajo.

Es imposible no darse cuenta de lo hermosa que es Adriana Brown. Cuando llegué estaba ya lista, impecable, sentada con toda la elegancia de una concursante de Miss Universo. Con su peluca rubia, su vestido negro con un escote infinito, sus ojos claros y su maquillaje perfecto, estaba como esperando. Adriana Brown es tímida, habla bajito, despacio. Es muy educada, y siempre mide lo que va a decir.
Iván Milanés tiene 21 años, y nos asegura que su vida es muy tranquila, tiene una pareja estable hace tres años, que es su ayuda fundamental en el arte del transformismo. “Tengo una vida muy tranquila, vivo con mi pareja y mi único momento de fiesta es cuando trabajo. Estudié técnico medio en comercio, pero no lo ejerzo. Desde que estoy en el arte del transformismo es muy difícil tener otro trabajo, por el tema de los horarios. Mi novio es peluquero y la verdad es que él me ha ayudado mucho en mi vida y en el transformismo; el comercio está ahí por si en algún momento hace falta, pero yo creo que no, que no va a hacer falta.
El nombre de su personaje es Adriana Brown, su novio se lo puso por Adriana Lima, la modelo de Victoria´s Secret, y por Fernanda Brown una transformista chilena.
¿Quién es Adriana Brown?
Yo siento que aún no la tengo bien definida. Yo interpreto cosas muy diferentes, como mismo hago canciones con proyecciones más de niña o delicadas, puedo igualmente subirme en el escenario y arrasar. Yo creo que todavía no tengo un patrón para que la gente la identifique con algo en particular…
Adriana se queda como tímida, y es justo ahí donde Margot sale y me dice sin miramientos: Es famosa ella, lo que pasa que a uno a veces le da pena hablar bien de uno mismo. En este mundo ha habido un destape de artistas jóvenes y muy bellas. Ella es una artista que se caracteriza, aparte de ser muy bella, por cuidar mucho su imagen, cada detalle, tiene la joya que va, el pelo donde va, es muy precisa en el diseño, ella en la búsqueda de la perfección tiene su estilo. Busca ser perfecta. Y además tiene mucho talento, lo que como toda gente bonita, le gente piensa que es solo eso, y no: ella es versátil, es bien interpretativa.
¿Cómo es tu proceso de preparación?
Bueno al principio dependía mucho de la gente, porque no sabía maquillarme, mi novio me ayudaba muchísimo. Pero he tenido que aprender. Hace poco él tuvo que operarse y me vi obligada a maquillarme yo sola; que te digo que no es fácil, porque son muchas cosas, pero cuando uno siente pasión por algo, lo difícil no importa. Se pasa trabajo porque no siempre aparecen los productos, y cuando aparecen son caros, pero bueno, lo logramos. Y el resultado termina siendo esto que estás viendo. Yo hoy quería estar lista en tiempo, me empecé a arreglar desde la una y terminé casi a las tres, así que imagínate…
¿Cómo eliges tus temas?
Bueno, desde que empecé me pasa mucho que cojo afinidad con un tema por un tiempo y de momento no me gusta. Me pasa que me identifico mucho con temas por rachas pero después siento que me aburren y entonces busco otra cosa. Ahora mismo me gusta mucho “One night only”, que es en inglés y es un bailable, y yo no bailaba y de momento lo he probado varias veces y me ha funcionado y he visto que al público le ha gustado. Ayer mismo me atreví a hacer una canción nueva, y el público me vio en una faceta que no es normal en mí: no me puse vestido ni nada, me puse una trusa, una gorra y unas botas, y salí al escenario y encantó. A veces hay que perderle el miedo a explorar cosas nuevas, yo aprendo todos los días con Adriana. No se le puede tener miedo a experimentar, a veces hay que sacar al público de lo mismo. Que me gusta lo mismo, a mí me gusta el transformismo tradicional, pero como artista uno tiene que salirse de su zona de confort a veces.
Isabela la Tremenda: Yo creo que el sello mío es el temperamento, casi todas las canciones que yo hago son canciones fuertes y apasionadas.

Estaba terminando de arreglarse, “Espérate, déjame ponerme los zapatos y me siento”. Quería ser Isabela la tremenda la que hablara y no Danger Venereo. Con postura imponente y mirada seductora, se sienta Isabela, con un vestido azul descomunal y una peluca larga. En un inicio empieza tímida, pero en cuanto avanza la entrevista se destapa ya no hay quien la pare, y se muestra casi tan desenvuelta como Margot.
Danger Venereo es el muchacho que da vida a Isabela la Tremenda. Nos cuenta cómo Danger e Isabela no se parecen en nada: “mi físico como chico es bien masculino, pero me transformo en algo distinto en el escenario”. Se pasa un tiempo hablando de lo normal de su vida, de su rutina, de repente le aparece una sonrisa y es que va a contarnos que tienen un bebé: “Tengo un niño, sí, un niño de seis años. Yo tengo 24, así que imaginarás que lo tuve siendo muy jovencito, yo tenía 17 años».
Danger es técnico en recursos humanos, ha pasado varios cursos de gastronomía, pero ya sabe que nada de eso es lo que en realidad quiere hacer, su vida ahora, es la vida del espectáculo. Isabela se presenta en diferentes proyectos: en el cabaret Las Vegas, con el proyecto El Divino, en el XY mixto. Hace dos años empezó su carrera, “el 17 de febrero se cumplieron dos años de la primera vez que estuve en un escenario”, dice a VISTAR.
¿Por qué Isabela?
Esto surge a través de un amigo que tengo, a él le gusta mucho el transformismo, y yo soy fan de ver los shows, y siempre que veníamos me veía apasionado con eso; me dijo que empezara, que creía que podía tener talento, y aquí estoy. Lo que empezó como un juego terminó siendo algo serio, una carrera sólida. Yo siento que tengo que agradecer a muchas personas que me han ayudado a impulsar mi carrera. A la señora Riuber, Margot, por supuesto, ella es un referente para los que empezamos ahora, Carlos Rey, Malu Cano.
El nombre se lo tengo que agradecer mucho a Riuder, Margot, en un show que yo estaba, ella se le ocurrió esto de Isabela la Tremenda. Porque mi vida social es como muy alborotosa, tengo muchas amistades, mucha fiesta, siempre estoy saliendo y la gente me conoce por ser hiperactivo y salsoso, por eso se me quedó lo de Isabela la Tremenda.
¿Cómo reaccionó tu familia cuando les contaste sobre Isabela?
En mi caso fue un poco complicado por el tema de mi hijo. Estamos en un tiempo, donde por suerte, las familias tienen la mente más abierta. Mi familia me apoya en todo, y todos en general están orgullosos de mí y de mi trabajo. Al principio mi mamá tenía un poco de miedo por el niño, porque pensaba que cuando fuera más grande, podrían burlarse de él en la escuela, pero gracias al trabajo que está haciendo Cenesex en las escuelas y con las familias, yo confío en que cuando ese tiempo llegue, las cosas van a haber cambiado.
Mi niño es mi vida, yo lo veo siempre los fines de semana, mi mamá me ayuda mucho, y salimos, vamos al parque, a comer helado. Vive un poco lejos de mí, pero siempre estoy pendiente.
¿Cómo creaste a Isabela?
Bueno cuando uno empieza siempre tiene paradigmas, y en dependencia de lo que tú quieras hacer pues tomas un referente para crear tu sello. Una vez que encuentras el camino o tipo de transformismo que quieres hacer, empiezas a crear tu propio estilo, a determinar lo que quieres ponerte, lo que quieres interpretar. Empiezas a buscar tu propia imagen como artista, pero el guía es muy importante. Yo creo que el sello mío es el temperamento, casi todas las canciones que yo hago son canciones fuertes y apasionadas.
¿Tú eliges los temas que interpretas?
A medida que vas creando a tu personaje, vas también eligiendo las canciones que tú crees que ella interpretaría, lo que mejor vaya con el carácter, con el temperamento de Isabela. También es importante tener en cuenta las preferencias del público, a fin de cuentas, nos debemos a ellos. Yo ya tengo unas 60 canciones que me gusta hacer y que voy repartiendo en dependencia de los shows. El público también te marca con ciertas canciones y vienen a verte sabiendo que tú haces ese tipo de números, y espera y pide eso.