
Todos los corales del Festival 41 de Cine de La Habana
Los añorados corales de la edición 41 del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, ya están en manos de sus dueños. En una emotiva gala, el jurado del evento develó los lauros para cada especialidad y se otorgó el Coral de Honor a la productora argentina Lita Estantic, quien calificó el galardón como “una caricia en el alma”.

Con el cierre, este domingo, del ir y venir de cineastas, actrices, actores, críticos, periodistas, personalidades de la cultura y de miles de personas que repletaron cada una de las salas donde se proyectaron más de 600 obras, de las cuales 300 entraron en concurso, concluye la fiesta del cine de La Habana.
No sin antes convocar a todos a la futura edición 42, que avizora poner la mirada en el cine joven de América Latina, según anunció Iván Giroud, Presidente del Festival, en sus palabras de clausura; quien se refirió además a la urgencia de conocer el pensamiento de los más jóvenes en busca de un diálogo intergeneracional.
Con 4914 votos, el Premio Coral del Público, fue para la cinta argentina-española, El cuento de las comadrejas, de Juan José Campanella, largometraje de ficción que cuenta la lucha por conservar su mundo de, una estrella de cine, un actor, un guionista y un director, en la postrimería de su vida, cuando dos jóvenes aparecen y amenazan con ponerlo todo en peligro.
El Premio Coral Mejor Largometraje de Ficción, lo obtuvo la coproducción argentina-uruguaya Los sonámbulos, de Paula Hernández, quien señaló “es una felicidad enorme, inesperada”. En este mismo apartado, el jurado condecoró de forma especial y compartida a los filmes: La llorona, de Jayro Bustamante y Algunas bestias, de Jorge Riquelme.

En los cortometrajes, el reconocimiento a Mejor Cortometraje de Ficción, cayó en manos del joven cubano Daniel Santoyo por la obra Flyng Pigeon. El especial de la comisión fue para el corto colombiano, El tamaño de las cosas, de Carlos Felipe Montoya.

La sección del concurso de Documentales, resolvió galardonar como Mejor Largometraje Documental a la pieza fílmica A media voz, de las cubanas Patricia Fernández y Heidi Hassan, con el híbrido productivo entre España, Francia, Suiza y Cuba. El jurado ofreció además un lauro exclusivo al largo brasileño de Maíra Santi, Dile a ella que me viste llorar.

El Coral a Mejor Corto Documental, lo obtuvo el colombiano Juan Camilo Olmos Feris, por su título, Arde la tierra. Por su parte el especial de los evaluadores cinematográficos fue para Romance de la ternura tardía, de la argentina Ana Bugni.
Para esos que presentan sus obras por primera vez en el Festival 41, los especialistas determinaron premiar como Mejor Ópera Prima al largometraje de ficción Agosto, del realizador cubano Armando Capó. El Coral especial del jurado lo recibió Las buenas intenciones, de la argentina Ana García.

En la sección que visibiliza a los nuevos directores, los especialistas ofrecieron una Mención Especial para el actor Armando Espitia, por su labor en la cinta Nuestras madres, coproducción entre Guatemala, Bélgica y Francia, liderada por César Díaz. Igualmente se entregó un Coral a la Contribución Artística al filme El príncipe, de Sebastián Muñoz, apoyado por Chile, Argentina y Bélgica, para desarrollar esta película.
Las obras de animación presentes en el concurso, también recibieron sus corales. En esta ocasión, para el Mejor Largometraje de Animación, el jurado condecoró Ciudad de los piratas, del brasileño Otto Guerra; mientras en cortometraje animado el reconocimiento lo tomó Carne, de Camila Kater, una colaboración entre Brasil y España. También se llevó un reconocimiento especial el corto Sangro, de los brasileños Tiago Minamisawa, Bruno H. Castro, Guto BR.
Entre los Guiones Inéditos presentados, el ganador fue Desde el apocalipsis, del argentino Sebastián Dietsch, y una mención especial la recibió la cubana Patricia Ramos, por Una noche con los Rollings Stones. Cuba, se alzó también con el Coral a Mejor Cartel, a manos de Diana Carmenate por su obra para el filme Olga.
Los corales a las especialidades comenzaron tributando al Mejor Sonido, para Eduardo Cáceres, por La llorona, de Guatemala. La Mejor Edición la obtuvo Sergio Mekler con su trabajo en Tres veranos, de Brasil. El Coral a la Mejor Música Original, fue para Mateus y Tomás Alves por sus composiciones para el filme brasileño, Bacurau.
El Coral a Mejor Dirección Artística, lo acarició Rodrigo Martinera, por
la cinta La vida invisible de Eurídice Gusmao; película dueña además de la distinción a la Mejor Fotografía para Helene Louvart.

Los corales de actuación se los agenciaron; en el apartado femenino: Érica Rivas de Argentina por su participación en Los sonámbulos; mientras que el masculino fue los obtuvo su coterráneo Luis Brandoni, por su trabajo en los filmes en concurso, La odisea de los giles y El cuento de las comadrejas.
En Mejor Guión, el Coral lo recibió Paula Hernández por Los sonámbulos y la Mejor Dirección del concurso cinematográfico lo obtuvo el chileno Jorge Riquelme por Algunas bestias.
Argentina y Brasil acumularon la mayoría de los Premios Coral. En la categoría de Postproducción, Años cortos, días eternos, de la argentina Silvina Estévez, se alzó con el lauro. Las obras Los libres; Blanca, oscura, negativo y Los ángeles no tienen alas, de Brasil, El Salvador y Ecuador, respectivamente, obtuvieron diferentes apoyos financieros en diversas especialidades.
En la gala nocturna, el movimiento eclesial laico católico para profesionales de los medios de comunicación: SIGNIS, entregó su premio a la película mexicano-estadounidense Los Lobos, de Samuel Kishi. Mientras, la Federación Internacional de la Crítica, FIPRESCI, por sus siglas, retribuyó al filme chileno-español, Blanco en Blanco, de Theo Court.
El sentimiento latinoamericanista, primó en la clausura. La mayoría de los presentes galardonados agradecieron a sus equipos de trabajo, a sus países y a Cuba por ser el epicentro del cine de la región durante diez días. Todos coincidieron en que estos Ojos que ven en Cuba, reflejan el sentir de los miles de latinos que hoy se enfrentan a situaciones complejas en sus países y cómo desde la tribuna del cine, el festival habanero ha logrado aunar una cinematografía social, de denuncia.
Los Premios Colaterales de la 41 edición del Festival de Cine de la Habana, se entregaron en un encuentro vespertino este 13 de diciembre, donde las diferentes instituciones culturales, medios de comunicación especializados o no, fundaciones y organizaciones que colaboran activamente con el festival, premiaron los filmes más relevantes por su contribución a las diferentes áreas temáticas.
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