Nueva política para el cine cubano
Reconocer el trabajo del creador independiente es una de las principales medidas que trae la nueva política adoptada por Cuba para el desarrollo de la creación audiovisual y cinematográfica nacional.
El creador independiente se formalizará con el registro del creador audiovisual y cinematográfico independiente, que oficializa su capacidad legal, tanto trabajador del cine o la televisión.
Otros cambios que beneficiarán el cine cubano son: un fondo para el fomento del cine, una comisión fílmica para facilitar la producción nacional y extranjera y tres nuevos trabajos por cuenta propia: operador y arrendador de equipamiento para la producción artística, agente de selección de elenco y auxiliar de producción artística.
Ramón Samada, presidente del ICAIC, explicó que esta se ratifica como institución rectora del cine cubano, y se aprueba la creación de colectivos de creación audiovisual y cinematográfica, el camino que señala hacia las productoras independientes.
Asimismo, el Banco Central de Cuba aprobó a los colectivos de creación audiovisual y cinematográfica la capacidad de operar cuentas bancarias colectivas.
El Decreto Ley 373 queda recogido en la Gaceta Oficial Ordinaria No. 43 y no excluye la capacidad de los creadores y las productoras de dar y recibir servicios en relación con producciones extranjeras.
Según explicó el productor Reymel Delgado, esta nueva medida «permite la asociación de creativos sin personalidad jurídica pero con cierta autonomía. Ahora mismo los realizadores independientes, los artistas audiovisuales, pueden asociarse y crear una especie de productora con un respaldo institucional, pero tienen autonomía, cuentas bancarias, pueden crear proyectos, firmar co-producciones, siempre y cuando estén aceptados en el registro del creador. A partir de ahora, todos tienen que formar parte de este registro, ya sea como artistas a nivel personal como asociación de creativos».
Claudia Calviño, productora, afirmó que «es bueno aclarar que este decreto no es una ley de cine, y que esa aspiración, al menos en mi caso, sigue siendo algo por lo que seguir trabajando e insistiendo. Hay cosas positivas con las regulaciones, hay otras con las que no estoy de acuerdo. En todo caso siento que es pronto para evaluar, mi pensamiento de productora me dice que lo importante serán los próximos meses, el próximo año. Lo que está por venir y la aplicación práctica de estas cosas, nos dará una valoración real de los resultados de este proceso que comenzó hace mucho tiempo. Ojalá estas normas den fuerza al cine nacional y favorezcan a todos y cada uno de los cineastas cubanos».
El también productor Inti Herrera comentó a VISTAR que «estamos asistiendo a un punto de inflexión que puede resultar muy enriquecedor. Las luchas que llevan tiempo dejan muchas vivencias. Recuerdo ahora cuando coordinamos desde la UNEAC una reunión con el autor de la ley de cine en Colombia en 2007, el congreso al año siguiente que puso sobre la mesa el reclamo de disponer de los medios adecuados como país para manifestarse audiovisualmente. Fueron tantos encuentros motivados por esa urgencia que casi se transformó en un evento cíclico que emergía de vez en vez. Paralelamente: los años pasando y las obras buscando existir. Por eso construimos esto que más que un decreto es eso: una construcción colectiva y plural hasta donde sus límites regulan. Una herramienta en donde poder verse reflejados todos los artistas que se esfuerzan por alzar su voz y su expresión».
Estas medidas constituyen un primer paso en lo que respecta a los intereses de todos aquellos que intervienen en el proceso de creación audiovisual y cinematográfica de manera independiente. Esperemos que su aplicación constituya un beneficio real para el desarrollo del cine cubano.