
Nada puede con la danza

Son sin dudas tiempos raros para celebrar. Pero es importante hacerlo, sobre todo ahora que el mundo, y Cuba en él, vive momentos que nunca hubiéramos imaginado para este año 2020. Hoy es el Día Internacional de la Danza, y pienso en un mejor referente que el cubano sandunguero para imaginarme cómo se hubiera vivido la jornada.
Este es un país donde el ritmo corre por las venas y exporta cubanía, lo mismo en el ballet clásico, la danza contemporánea o folcklórica, el flamenco o los bailes populares y autóctonos de nuestras raíces.
Y la celebración es doble, porque este año la fecha estaba dedicada, nada más y nada menos que a Alicia Alonso. Esa artista nacional, la más grande como la han llamado muchos, esa que junto a Fernando y Alberto exportó un sello y lo convirtió en paradigma y leyenda universal: el ballet cubano.
Pero este día va más allá, y celebra a todas esas compañías danzarias, bailarines, coreógrafos, directores, maestros. Pero también levanta un aplauso a ese ejército invisible de técnicos que, tras las cortinas de los teatros, plazas y parques, hacen que la magia de la danza se complete.
El talento cubano en la danza inunda los cinco continentes, desde Reino Unido hasta Australia, desde Sudáfrica hasta Canadá, y eso, créanme, no es casualidad. Los nombres son incontables y sería muy injusto olvidar a alguno.
Entre tanta tragedia, es alentador ver cómo la Covid19 no ha podido acabar con la danza y esa virtud infinita de transmitir, de hacer sentir, sin necesidad de palabras, solo con el movimiento de los cuerpos.
Cientos de bailarines y compañías alrededor del mundo celebran hoy – y yo celebro con ellos – desde la distancia en sus casas. Un sinfín de coreografías online se han puesto a disposición de aquellos que antes abarrotaban las salas de los teatros para aplaudirles tras el final del espectáculo. Es una recomendación que no debieran perderse.
Y sí, aplaudimos cada noche, tarde, mañana a aquellos que hoy se enfrentan en primera línea al coronavirus, pero piensen si no es importante también aplaudir a aquellos artistas, actores, músicos, cantantes, bailarines, que nos mantienen el alma elevada en estos tiempos de encierro. Yo también, desde mi casa, los llamo mis héroes.
Felicidades a todos los bailarines, hoy y siempre.