Gina y Lázaro: La individualidad de lo fashionable
Unidos por el exotismo de su imagen, ambos persiguen dentro de la moda la individualidad, al tiempo que utilizan sus cuerpos como instrumento para exhibir y expresar el sentido de la pieza que lucen.
Ella se decanta por la elegancia y su destino huele a ropa de alta costura y al glamour de las pasarelas. Él, por su parte, es la otra cara de la moneda que rompe con los cánones trazados por los últimos remilgados del mundo fashion: es pura sensualidad y movimiento, al tiempo que forma parte de una corriente en función de la diversidad.
Gina llegó en tiempo, para ser precisos, casi veinte minutos antes de comenzar la sesión de fotos. Entró marcando el paso como toda una diva del estilo. Poco parecía importarle el madrugón, de hecho, me comentó que estaba despierta desde la cinco de la mañana, pues vive lejos de la locación y que, además, no es la primera vez que se levanta de la cama tan temprano para un trabajo.
“Cuando el casting del rodaje de Rápido y Furioso 8 fue todo mucho más temprano, empezábamos a las cuatro de la mañana y terminábamos a las diez de la noche”, dice y tras una pequeña pausa, como quien rememora una escalada profesional, agrega:
“Fue de los trabajos mejor pagados. Además, súper emocionante experimentar la realidad de las grandes producciones extranjeras. Todo estaba milimétricamente calculado y pude ver a los dobles, las carreras y tener bien cerquita a Vin Diesel y Michelle Rodríguez quienes paseaban por el set” .
Sin dudas, Gina está lista para la acción y dispuesta a adueñarse del lente cuando sea, aunque hoy recibe de buena gana una taza de café y algo más que una capa de corrector de ojeras antes de desgranarme, como cuentagotas, su historia y el remate de sus planes.
Un rato después llegó Lázaro, quien al igual que Gina, forma parte del escuadrón del glamour y domina el espacio tras el lente. Esa es su frecuencia compartida. Se conocieron durante su paso por la agencia de modelos cubana Actuar, pero su particular filosofía vital los impulsó a tomar caminos muy diferentes dentro de la misma profesión.
“Estudiaba medicina cuando me vi obligado a ayudar a mi familia. Necesitaba trabajo y mi abuela había visto por la televisión el anuncio de un casting, entonces, me presenté a la Agencia Actuar. Una vez allí el director notó mi talento y me llevó a la compañía El Divino. Así empezó mi carrera como bailarín y modelo figurante. De eso hace ya nueve años”, cuenta Lázaro.
Para quienes no conozcan este dato, El Divino es un proyecto recreativo-cultural orientado al disfrute de comunidad LGBTI en La Habana. Una vez dentro del grupo, Lázaro fue rebautizado por sus compañeros Aquiles, El vaquero, El bebe, entre otros, con el nombre artístico de Chocolate. Así ya quedaba a tono con el resto del crew.
Cuando un hombre heterosexual decide dedicarse casi completamente a mostrar su cuerpo ligero de ropa mientras realiza un baile sensual dirigido al público gay, un sector muy exigente y particular en sus códigos, uno pudiera asumir que se encuentra en la cresta de una ola de conflictos.
Pero Lázaro, con su alias tan sugerente, es la prueba de que es posible y necesario romper con mentalidades cerradas y estereotipos añejos. Hoy es uno de los favoritos de la audiencia cada noche y afirma, abiertamente, que nunca ha tenido ningún tipo de tabú sobre el trabajo que realiza en El Divino. Leer más.