Cuba ya tiene su primera línea de ropa inteligente
Si de tendencias se trata, la moda siempre está un paso adelante, más cuando va de manos con la tecnología. Así encontramos ropa como la cazadora vaquera de Google y Levi’s, cuya manga puede controlar un smartphone, o la PoloTech Shirt de Ralph Lauren, una camiseta pensada para los deportistas.
La industria de la ropa inteligente acapara la atención de firmas multimillonarias, pero por primera vez un grupo de diseñadores y programadores, la mayoría cubanos, apuesta todo por esta empresa.
Ellos son Juan Fung Goizueta, Juan Fung, Antonio Cedeño, Alejandro Ravelo, Raúl Vázquez y Andrew An, único extranjero dentro del grupo.
Dirstuff, la línea de ropa inteligente creada por estos jóvenes, incluye pullovers y hoddies que, además de mostrar los mensajes que el usuario desee, permite compartir información digital ilimitada con las personas que lo rodean.
“Nosotros queremos empezar una revolución, que la gente se exprese más libremente a través de la moda. Imagínate un pullover que siempre te hará sentir único, diferente, genuino, uno para cada ocasión”, comentó Juan Fung, creador de la marca, a Sputnik Mundo.
Así como lo lees. A través de estas prendas con código QR otras personas con su teléfono celular podrán obtener toda la información de contacto del usuario que porta la camiseta: número de teléfono, e-mail, nombre, empleo, la dirección de su negocio, las cosas que le agradan, sus links favoritos, todas sus redes sociales e incluso podrán realizar pagos de dinero.
“Este es un producto único. No solo es el primero de su tipo por ser novedoso y lograr unir la moda con la tecnología para aumentar la capacidad de expresión del usuario, o facilitarle la capacidad de promoverse a él o a determinada organización, empresa o grupo que represente, online u offline, sino que además es un producto hecho exclusivamente por cubanos, que también lo hace especial”, dijo el creador.
Actualmente el equipo de Dirstuff realiza una campaña para recaudar fondos en las redes sociales.
“Los retos han sido duros, frustrantes. Desde no poder lanzar el producto en distintas plataformas que no aceptan cubanos, hasta no poder abrirse una cuenta en un banco, no poder realizar pagos a socios y proveedores con una tarjeta Visa o Master. Tuvimos que mover parte del equipo a China, donde las diferencias culturales son abismales para poder asegurar la producción”, asegura Fung.
Aunque los diseños de Dirstuff han sido manufacturados fuera de la Isla, estos jóvenes afirman que son pensados para los cubanos, especialmente para cuando estén disponibles los servicios de internet en los móviles.
“Hecha para que personas de todas las nacionalidades y etnias la usen y la exploten. Pero sobre todo hecha para mí, que soy cubano, para toda mi Cuba, y para que todo el mundo tenga otro argumento, por pequeño que sea, que demuestre que los cubanos somos la tiza”, dijo Fung.