Carnal, décimo disco de Buena Fe, lanzado este lunes en plataformas digitales y formato físico (+Entrevista)
Dueños de un discurso donde la poesía es protagonista, gozan de una popularidad que aún les sorprende. Sus canciones han sobrevivido a las más disímiles explosiones de géneros musicales en el mundo y pueden regodearse de pegar en las listas de éxitos discos completos.
A veinte años de la unión trovadoresca de Israel Rojas y Yoel Martínez, en su natal Guantánamo, el dúo Buena Fe, extendido en agrupación, arriba a su décima producción discográfica con una propuesta que recorre las sonoridades musicales de la banda a lo largo de su carrera, en franco repaso por su obra toda.
Con las historias más personales que puedan haber contado, llega Carnal, el disco más amplio de la trayectoria del grupo bajo la producción musical de Adolfo Martínez (Fito), Ernesto Cisneros, y el propio Israel Rojas, quien destaca que hay arreglos del resto de los muchachos de la banda. El arte corrió a cargo de Gabriel Dávalos, comunicador y fotógrafo que labora con la banda habitualmente.
El fonograma saldrá este lunes al mercado extranjero con la disquera Metamorfosis, y en Cuba con la Egrem en igual fecha, para un lanzamiento conjunto tanto en las plataformas digitales como en formato físico.
En entrevista exclusiva a VISTAR, Israel Rojas -líder de Buena Fe-, previa a la publicación de Carnal, nos compartió los detalles del disco y su sentir al abordar a estos veinte años de carrera.
“Siempre hubo un sueño de lograr lo que sueña todo joven, todo adolescente: tratar de hacer algo loable, de ser posible positivo y casi siempre con reconocimiento social. Pero cómo encontrar el camino, el destino y la puntería para darle a esa causa toda tu vida y que coincida con esos sueños, he ahí, los grandes enigmas que tenemos todos los seres humanos existencialmente”, reflexiona Israel con el sentido tan locuaz y filosófico que lo caracteriza.
“Detrás de todo ese éxito aparente, lo que hay es una bola de trabajo colectivo, o sea no es tuyo, primera cosa. Y segunda, todo ese reconocimiento social es un arma de doble filo, porque es un gran compromiso, si cometes el error de no entender que son importantes las canciones y no tú. El espectáculo no es todo el tiempo, es el tiempo que dura el show y cuando tú te bajas eres un tipo tan normal como el muchacho que va a empezar a recoger los cables y si piensas que por eso vas a hablar más alto que los demás, empiezas a cometer un grave error”, reflexiona Rojas a propósito de los veinte años de carrera y la experiencia acumulada.
“Hoy nos encontramos menos brutos que antes. Con un trabajo hecho. Una obra hecha que te permite tener un escudo que si lo usas bien, te permite poder andar desnudo en el pensamiento, ser mucho más honesto, mucho más útil, porque además la única manera en que el pensamiento tiene sentido es cuando es útil”, aborda enfáticamente el autor de “No juegues con mi soledad”, y tantas otras que han quedado para siempre en los corazoneros.
“Nosotros hemos intentado hacer un trabajo que tenga los pies en la tierra, en Cuba. La Cuba que nos tocó vivir, aun sabiendo sus enormes desafíos y dificultades como nación, no negando nada de eso. Tratando de ser parte de los factores que puedan ser de cambio, de cambio positivo, no de un cambio que nos regrese a una situación de dependencia externa terrible”, subraya el compositor.
“A los veinte años llegamos como una verdadera familia. Tengo la posibilidad de liderar este proyecto pero como lo que es, una responsabilidad con un grupo de muchachos, un grupo de gente que son adultos, que tienen familia. Por lo que nos sentimos como una gran cooperativa donde todo el mundo pone lo que sabe”, expresa el cantautor.
“Lo más importante es que alcanzamos estos 20 años, identificando cuáles son los proyectos que no hemos hecho. Hemos terminado Carnal y ya estamos absolutamente convencidos de cuál es el próximo disco que vamos a hacer”, adelantó el artista a VISTAR.
Pero Israel insiste en que más que el aniversario de la carrera, desean celebrar que Carnal es su décimo disco. Gracias a la EGREM, el 22, 23 y 24 de noviembre próximos cuando tengan lugar los conciertos del lanzamiento en el teatro Karl Marx, estará a la venta, además de Carnal, una colección completa de la discografía de la agrupación y novedosamente un grupo de soportes promocionales de la misma.
A propósito del material el vocalista declaró: “lo primero que queríamos en este disco era hacer una reverencia a todo lo hecho anteriormente. Las diferentes sonoridades que habíamos abordado en discos anteriores, sin necesariamente caer en lo explícito de los veinte años. Descubrimos que había un grupo de temáticas que nos resultaban muy interesantes”, detalla sobre Carnal.
“Hay un tema que fue un descartes del disco anterior, Sobreviviente, pero después del fallecimiento de Dayron, cambié el concepto, le cambiamos el arreglo, que es de Dayron Ortíz, y fue una manera de que las guitarras abrigaran esa emoción, esa especie de reverencia, al Dayron que nosotros tuvimos”, especifica Rojas sobre la canción “El arte de retoñar”.
“El resto de las canciones eran bocetos de discos anteriores que yo retomé porque eran muy personales. El disco se llama Carnal porque no existe una canción ahí que sea una fabulación. Todas son canciones nacidas de experiencias muy vívidas y vividas”, sentenció el líder de Buena Fe.
“Hay una canción de Yoel Martínez, muy tierna que se llama “Mía” y que recoge ese sentir paternal que tenemos todos los miembros de Buena Fe con nuestros hijos. Está dedicada a su hija, pero puede ser para cualquiera, incluso hay gente que me ha dicho que es una buena canción de amor, que no es solamente el filial”, comenta el agudo autor.
Escuchando Carnal, se identifican las sonoridades caribeñas del Guantánamo que Israel siente como suyo. Se descubre el tres de Yibrán protagonizando casualmente tres temas, para reafirmar el eclecticismo del que habla Israel y la visión de crecimiento colectivo que pondera el trabajo de Buena Fe.
Carnal no es más que otro viaje que propone Buena Fe al público, pero desde emociones más íntimas. Un fonograma de evidente madurez en todos los aspectos que retrata al Buena Fe de siempre, ese que dejó prendados a miles de cubanos por todo el mundo y que a veinte años de iniciar su camino, lejos de detenerse, retorna con más fuerza.